Saturday, October 4, 2008

Lucha libre Mexicana y Crítica de cine Español


Hace un par de semanas tuve la suerte de visitar México DF con unos amigos; México es una cuidad de grandes contrastes donde, por ejemplo, se puede escuchar entre mucho ruido y muchísimo ruido. Donde se pueden ver sendos murales, donde se puede viajar en metro dirección al Apocalipsis (muñones, ciegos y guitarristas atronando en vagones repletos) y donde, oh, se puede asistir a la famosa lucha libre mexicana en una de las catedrales de la cosa, Arena México , tal como hicimos. ¡¡Que cosa más bonita y vistosa!!. Preciosísima. Aquello es lo más parecido a un ballet para heterosexuales que se pueda imaginar: ese cogerse de las manos, ese darse volteretas, para rematar en brincos y saltos, y para terminar dándose unas palmadas que atronaban pero no dolían. El público que estaba en nuestra sección, la más barata, era excelente ya que nos acogieron amablemente entre insultos de “¡¡Viva los españoles aunque todos sean nietos de Franco!!” y cosas por el estilo. Claro que una vez que vimos que insultaban a todo el mundo, eran insultadores globales, nos sentimos totalmente integrados ya que, por ejemplo, a una alemana que nos acompañaba le dedicaron el sociológico y contemporáneo “¡¡Ángela Merkel chíngale a tu madre!!”.




El espectáculo consistía en lo siguiente: se empezaba con un aperitivo de lucha femenina en este caso Goddes contra Princesa Sugehit, para seguir con lucha de enanos. Me detengo un momento en este llamativo número: los enanos no son otra cosa que versiones en miniatura de los grandes luchadores, es decir, son mini-Santos, mini-Blue Panthers y otras versiones de bolsillo. En aquella noche pudimos ver a Mascarita Dorada enfrentarse a Pierrothito. Un amable espectador mejicano, comunista acérrimo que mientras animaba daba vivas a la República, a la nuestra digo, nos informó que lo de usar enanos era por la cosa paródica y surrealista “que ya lo dijo Breton” y que no nos confundiéramos “que a veces eran enanos y otras veces simplemente chaparros que eso se veía a simple vista”. Después del combate de baja intensidad venía el plato fuerte consistente en el enfrentamiento de dos equipos de tres luchadores cada uno, en una especie de danza hiperbólica de gritos y músculos. Lo que no sabíamos era que una de las reglas del juego consistía en que estos dos equipos siempre están enfrentados, polarizados, en dos actitudes: los que respetan las reglas y quieren hacen un espectáculo bonito, los técnicos, y los que dan mamporrazos a diestro y siniestro y a la brava, los rudos (los villanos). Nosotros fuimos a caer en el sector de los rudos que animaban a Los Perros del Mal, o sea que debíamos llamar putos a todo técnico que nos pasara por delante, en este caso los seguidores de Marco Corleone, Blue Panther y Volador. Y dicho sea de paso, bien putos que eran los técnicos…





Ante aquel impresionante espectáculo que tenía tanto de mascarada como de homovestismo (es decir, de subrayar las cualidades del propio sexo hasta el delirio utilizando la ropa), como decía, ante aquella astracanada violenta me dije: “pero que bonita metáfora del mundo en general y del mundo de la crítica de cine español en particular”. Porque, ¿tal vez no deberíamos pensar en la polémica que tiene enfrentada una parte de la crítica como en un combate de lucha libre mexicana, donde parece que se pegan pero no, donde hay rudos y técnicos, donde hay enanitos y chicas florero?. Oye, que es que encaja a la perfección, piénselo. Para los que no se han enterado, o si se han enterado pero son un poco lentos, yo les voy a explicar lo de la polémica de los críticos españoles utilizando como metáfora una de las cumbres de una cultura hermana, la mejicana: la lucha libre.


Como en la lucha libre y en las historias de amor de Hollywood existen dos grupos, los técnicos y los rudos. Vamos con los primeros. Los técnicos, los que quieren hacer las cosas bonitas, son los que han levantado la liebre de la polémica al firmar una carta dirigida al director de El País, donde se quejan que su crítico estrella, Carlos Boyero, no apoya suficiente al cine valiente e independiente, conocido anteriormente como cine de Arte y Ensayo (pueden leerla pinchando sobre “carta”). ¿Quiénes son los técnicos? Los técnicos son principalmente un par de directores de cine como Víctor Erice creador de las conocidas El espíritu de la colmena (1973) y El sol del membrillo (1992), Isaki Lacuesta director de Cravan vs. Cravan (2002), además de críticos de cine, incluyendo casi toda la plantilla de Cahiers du Cinéma. España. Historiadores de cine como Santos Zunzunegui, y algún que otro escritor como Javier Maqua o Isabel Escudero. Una vez identificados veamos a ver que dicen…

… si han leído por encima la carta, comprobarán que en cierto modo hacen bien al denunciar que el Mal, digo el Capital, puede andar detrás de esa cosa tan altruista que es ir a ver cine en un certamen europeo, pasear los ojos por unos cuantos rostros suecos y unos cuantos culos franceses y volverse a casa pa contarlo: “Macho, lo que he visto…”. Sí, tienen más razón que El Santo, y la cosa no hay que tomarla a guasa, El País es el periódico más leído de España y España es el país que asiste más al cine dentro de la EU según el libro que vamos a utilizar esta vez, tomen papel y boli, European Film Industries por Anne Jackel (ojo, los datos son del 2000). Pero vamos a ponerles “peros” al equipo de los técnicos, que los “peros” pueden enriquecer un discurso que viene a ser, más o menos, el que sigue: “el crítico de El País, o el periódico en su conjunto, no apoya las películas atrevidas porque es el representante de un grupo mediático concreto con intereses concretos en el mundo del cine y la televisión”. Bien. Interesante, la verdad. Aunque, seamos sinceros, yo al grupo de los técnicos (¡¡¡¡putos rudos!!!) los llevo oyendo años en conferencias y charlas, leo cuando puedo sus artículos, compro las revistas de su ramo y sólo he oído la palabra “industria mediática” precedida o seguida de un escupitajo. En cambio si me dieran un nickel por cada vez que he oído “universo lacaniano”, “mirada performativa” o cosas por el estilo sería un tipo niquelado. Vamos lo que quiero decir es que el grupo de los técnicos sufre mucho a la industria como directores, historiadores y analistas sensibles que son, pero analizar, analizar, la analiza poco, la verdad. Vamos que sí, seguro el Grupo Prisa tiene intereses mediáticos pero… ¿cuáles?. Claro, los canales de televisión son de todos conocidos, que si Canal + , que si… pero, ¿sabía usted que el GRUPO PRISA es dueña de una de las mayores distribuidoras de cine español SOGECINE ?, y ¿sabía que controlaba el 33% de la cadena de cines WANER-LUSOMUNDO (vendida a CINESA en 2005)?. ¿Sabía que cada vez que mandaba a su niña a ver una bonita película que mezcla animación y realidad a esos cines estaba dando dinero a los comunistas-homosexuales-pro-aborto-americanistas del grupo PRISA?.



El otro “pero”… es que todo esto, perdonen, es muy “naif”. O si lo prefieren “bizantino”, ese pueblo tan ideal que sitiado por sus enemigos se preguntaba: “¿son las imágenes religiosas correctas, quién tiene más razón los iconoclastas o los iconocludes, debemos superar las manga rangla en nuestra túnicas?”. Lo que quiero decir es que conviene preguntarse, ¿para qué sirve un crítico?. Vamos, los críticos, los de antes, los de la prensa escrita, servían para decir si una película era güena o era un pestiño, si merecía gastarse 300 pesetas en el cine o en cervezas. Uno leía la crítica, lo meditaba el resto la semana y se iba el sábado al cine. Ahora si esperas tanto probablemente tengas que comprarte el DVD en la FNAC para verla. Vamos que un crítico de prensa era alguien que utilizando el “boca-orejas” intentaba orientar al público, pero ahora casi siempre es demasiado tarde para oír su veredicto ya que los estrenos se suceden demasiado rápido y la gente, por muy amante que sea de los gustos del grupo PRISA, la mayoría de las veces se encuentra con El País del viernes pasado diciendo “uy, ya la han quitado, y eso que la ponía bien el Boyeros”. Yo, la verdad, no echo de menos esa situación y encuentro ciertamente divertido tanto el grado de estupefacción de nuestros mayores como la posibilidad de una crisis económica a escala interplanetaria.



Pero, ¿quiénes son los rudos de esta historia?. Quiénes son los que dan mamporros a diestro y siniestro, quiénes desprecian las piruetas de los técnicos y quiénes, maldición, tienen la aprobación del populacho. Pues Carlos Boyero y un nutrido grupo de profesionales de la crítica cinematográfica a los que después leeremos ya que antes conviene analizar un elemento esencial del combate: el equilibrio de fuerzas. Parece evidente que en este combate las fuerzas son desiguales, ya que aunque dudo que Boyero pueda convertir los panes en peces y los peces en espectadores, bien es cierto que la maquinaria informativa que tiene detrás es capaz de aguantar críticas y palos, así como es capaz de convertir una película en un éxito económico. En cambio un fracaso en taquilla a un pequeño productor o distribuidor puede acarrearle el cierre de persianas y el dedicarse a la fontanería. De este modo desde principios de los 90 las quejas de este tipo se han venido sucediendo y parece que al grito de “¡¡¡que inventen ellos!!!” la crítica teórica española ha tomado el ejemplo de la francesa e inglesa y le ha dado por el pataleo intelectual. Repasemos algunos ejemplos: un tal Stafford, de los Stafford de toda la vida (es que no tengo la referencia a mano), hizo un estudio entre la prensa inglesa y llego a la conclusión, ¡¡O.M.G.!! -acrónimo de “¡¡Oh, My God!!”- de que a las películas europeas en la prensa británica se les dedicaba un espacio pequeñísimo. Que daba igual que el crítico dijera que aquello era un nuevo paso en la historia de la humanidad que el espacio que ocupaba era parecido a esos anuncios de “A San Judas Tadeo por la curación de mi cuñada”. Vamos una cosa pequeñísima, de lupa.


Ante ese enanismo de la prensa escrita inglesa y española encontramos la que se conoce como le grandeur francesa, donde periódicos como Le Monde o Libération te hablan del cine europeo que da gusto, a todo meter, a tres columnas, con santos, entrevistas y opiniones formadas. Que es que la gente del cine tiene que estar contentísima en Francia… ¿todos?. No, no todos, existe una pequeña aldea dominada por Patrix Lecontorum… Vamos, que siempre hay gente que le gusta quejarse, y en este caso fue Patrice Leconte quien allá por 1999 se unió a un grupo de profesionales del cine y dijo que la prensa francesa daba un cobertura injusta a ciertos género del cine francés como la comedia o las películas de época (en 1996 había dirigido la magnifica Ridicule). Ya me puedo imaginar la carta dirigida a los medios: “Somos franceses, sí, pero eso... ¿nos hace menos humanos?, si nos hacen cosquillas, ¿no nos reímos?, si nos ponen una película de época ¿no bostezamos?”. Toda una declaración de principios. Estas protestas venían sin embargo a contradecir un estudio de la ARP, la Asociación de Autores, Directores y Productores de Cine Francés que en 1996 advirtió que la crítica francesa no era, como se pensaba, un agente doble al servicio de Hollywood. Desde entonces las recriminaciones entre crítica y profesionales de la cosa audiovisual se vienen produciendo regularmente, sobretodo cuando los asfixiados productores que intentan ver devuelto algo de su inversión se encuentran en plena promoción con una crítica como esta:The Fountain, del no menos celebrado Darren Aronofsky, cayó como un alud de memez y pedantería sobre cientos de personas inocentes. Fue terrible” (Enric Gonzalez, EL PAIS).

Ahí nada más y nada menos reside la segunda fortaleza del sector rudo: no sólo tienen una amplia difusión, sino que, encima, se les entiende. Mientras tanto, y como tendencia general el grupo de los técnicos intenta defender un cine de línea dura con palabras y fórmulas mágicas (existen honrosas excepciones). Aunque este tipo de cine puede ser muy valioso, por ejemplo, recomiendo fervorosamente The world/ Shijie (2004) de Jia Zhang Ke, chica, yo a los críticos teóricos no los entiendo. Tomemos como ejemplo una crítica a la En la ciudad de Sylvia (2007) de una de las revistas del ramo, lean y pásmense: “Mediante el desglose y la especulación contemplativas -unidireccional, pues el contraplano rara vez implica el cruce de miradas con el actante focalizado-, se pretende erigir el receptáculo catalizador y dar cuerpo a la quimera en aras de reeditar un evento del paso -real o ideación, no llegamos a saberlo a la postre- y exorcizar las mil y una reverberaciones en su ser desde entonces”.



Yo de aquí sólo entiendo los artículos, y no es casticismo anti-intelectual, es que no lo entiendo, no sé ni donde está el sujeto. Claro, que frente a esta hipertrofia universitaria de la crítica teórica, el último escándalo que protagonizó la crítica profesional española fue también un poco vergonzoso, ya que nadie asistió en la última Mostra de Venecia a la proyección de la película ganadora, otra del Jia Zhang Ke titulada Sanxia haoren (2006). Lo que dio origen a una serie de críticas delirantes:

Lo gracioso del asunto es que esta película de Jia Zhang-Ke ni siquiera estaba programada de antemano; se proyectó sobre la marcha y en plan sorpresa un día a las tantas de la noche y sólo acertaron a verla los parientes de Jia, dos que no tenían hotel y una representación muy selecta de entre lo más colgado de la crítica... Sobre lo que viera a esas horas, o cuando fuese, Catherine Deneuve se podrían hacer diversas lucubraciones graciosas” (Oti Rodriguez Marchante, ABC) “. “Cuando se conoció la película ganadora, la primera reacción en el Palacio del Cine fue de estupor. Al estupor siguió el frenesí: había que encontrar a alguien que hubiese visto Naturaleza muerta.” (Enric Gonzalez, El País).



Claro que hay que comprender también que esta sección se traga cosas realmente aburridas, insoportables, y es natural que afilen dientes y lápices durante las largas horas pasadas con “nuevos grandes genios del cine·. Veamos para terminar una pequeña galería de insultos:

  • Apichatpong Weerasethakul (esto, lo crean o no es un nombre): “De este angelito había visto antes Enfermedad tropical / Tropical Malady, película imbécilmente simbolista protagonizada por dos homosexuales que se pelean mogollón y un tigre muy aburrido que se pasea por la selva. Un disparate tan tedioso como impresentable. Seguro que atrae a multitud de fans.” (Carlos Boyero, EL MUNDO). “Resulta imposible hacer algún comentario sobre el pulso cinematográfico de Weerasethakul: la cuestión queda pendiente hasta el día en que decida mover la cámara. Para dar una idea del estilo, la secuencia inicial son cuatro minutos de mirada estática sobre un campo. Luego una doctora habla con un monje, mayormente sobre pollos y ácido úrico: 12 minutos de cámara quieta. El argumento se anima cuando, más tarde, un dentista hurga en la boca de otro monje mientras canta country tailandés. La escena dura más que la del ácido úrico. Lo del dentista-cantante debe ser, con toda probabilidad, un rasgo de humor tailandés. Si además de un León de Oro hubiera entre los galardones un León Catatónico, el autor tailandés podría quedárselo hoy mismo (…) un producto tailandés de ritmo narrativo geológico” (Enric Gonzalez, EL PAIS).
  • Tsai Ming-liang :Dos de los directores estrella de esta edición de la Mostra, Darren Aronofsky y Tsai Ming-Liang, compartieron ayer una doble dicha, la de competir con su cine por el León de Oro y la de tener rendida a sus pies a toda la crítica internacional. Absolutamente rendida, arrastrada e implorando una capitulación sin condiciones: «¡por favor, ya basta, esto es insoportable...!» Ambos cineastas, el uno independiente americano y el otro independiente chino, rodeaban al espectador con técnica muy distinta pero igualmente eficaz: el chino te mataba de aburrimiento y el americano, pues de algo cercano a la vergüenza ajena. Sea lo que sea lo que quiere contar Tsai Ming-Liang, lo hace en un plano largo y oscuro y con menos dialogo que un sketch de Tricicle; los personajes son enigmas allí a lo lejos, en unos interiores húmedos de Kuala Lumpur (se sabe porque lo pone en la información adjunta), y sus acciones, o sea, las tres o cuatro que hay en las dos horas de película son del tipo lavarse, lavar a alguien, lavar ropa o fregotear un colchón... ¿Cómo resistirse a la fascinación de semejantes hechos?” (Oti Rodriguez Marchante, ABC).

    Sólo me aburro con planos de duración interminable de una señora cuidando a un tetrapléjico, de un homosexual instalando en su casa a un enfermo que ha recogido en la calle. Además, hay un tipo joven que masturba a una señora adulta en un callejón a oscuras, pero me cuentan los enterados que esa secuencia no es real sino onírica. Si tienen la desgracia de tropezarse con ella alguna vez, les rogaría que me lo contaran. Su autor no es un cualquiera, sino alguien mimado por las revistas especializadas, las filmotecas y los festivales. No voy a calificarle de engañabobos ya que siento mucho respeto por los disminuidos mentales. Es algo peor. Que sus intelectualizados feligreses lo sigan disfrutando mucho tiempo” (Carlos Boyero, EL MUNDO).






Así tenemos a la crítica española, de agarrada en agarrada imitando la primera película con argumento de la historia del cine español: Riña en un café (1897) de Fructuós Gelabert


Posdata: Respuesta de Boyero en el chat de EL PAIS: “Se refiere usted a la conjura de los necios? Le he dedicado escasos minutos a la famosa carta. Entre otras cosas porque la personalidad del 95% de los firmantes, según ellos pertenecientes al ámbito cinematográfico, me resulta absolutamente desconocida. Y los que me suenan solo me inspiran esa sensación tan poco cristiana del desprecio. Durante toda mi vida profesional he tenido multitud de enemigos, pero al menos, sabía quienes eran y a que se dedicaban. Cuánto esfuerzo el de Víctor Erice, ese juglar de los membrillos, y de José Luis Guerín, uno que fotografía durante dos horas la ciudad de Estrasburgo y se empeña, inútilmente, en que eso es una película artística, para convocar a sus ortodoxos mariachis. Me siento como Gulliver en el país de los enanos."



Premios 20Blogs

11 comments:

elisabetta said...

¿Pero tu con cual de los dos bandos estás?es que me he quedado pasmada mirando estampitas de luchadores mejicanos y no me ha quedado claro (¿pero de dónde sacas esas imagenes que pones?)
Un beso desde Valencia (¿sabes que allí en las américas te estás perdiendo ese gran evento cultural que es la mostra?)
Lisa
..por cierto, me encantó el post sobre el d'or

Nacho Fusil said...

Hola Lisa... pues hija eso es como preguntarme: ¿tú a quien quieres más a tu papa o a tu mama?... Por cierto, gracias por dejarme un mensajito, la verdad, siempre los aprecio. Y no es una cosa en plan "aplaudir que si no Campanilla se muere", es que a veces no sé si esto se lee o no (paso de poner un contador de visitas y deprimirme). Por cierto que he apuntado el blog a un concurso de blog, el de 20 minutos, a ver su me dan un premio de consolación o algo.

Anonymous said...

Por comentarios será, si sabes que tu¡ienes una serie de incondicionales. Lo que pasa es que normalmente me quedo boquiabiert... y necesito un tiempo para procesar toda la información, ya sabes que soy lenta de reflejos, además sólo tengo cabeza ultimamente para la ley de patromonio cultural...constituciones y soportes de nitrato, asi todo mezclado. Yo a boyero no le puedo de creer.... es aburrido, simplememte eso y repetitivo, que con sólo cambiar el órden de los adjetivos ya tiene bastante. Bueno hace tiempo que no lo leo. Para la sesuda crítica ya tengo, que a veces sus adjetivos y su discurso es ininteligible; sin embargo suelen currarselo bastante más. reivindico la plurilaridad, y por favor que vuelva Lost.... besos desde aquí, ya tu sabes mi amor....

elisabetta said...

seguro que te lee un montón de gente..me cachis.. intenté votar tu blog (!registrandome como usuario de 20 minutos!) y no se puede si no tienes un blog inscrito...
lisa

Fairbanks said...

Lo cierto es que hace tiempo que empecé a leer y a escuchar con ojos escrutadores a los críticos y gentes varias que me dan una opinión sobre pelis. Ya sabes cuándo una persona al decir "trepidante" quiere decir en tu idioma "mil millones de planos por segundo", o "cruda crónica social" cuando en realidad tú dirías "pa problemas los míos, cari". A mí Boyero me gusta. Antes me ponía a parir, pero luego no sé, le pillé el truquete. Pero en realidad, como decía, paso bastante de las opiniones de los demás. No porque no valore su opinión, sino porque nadie conoce mis gustos como yo (salvo gente que me conoce bien y sabe de mis gustos, y que me puedes decir cosas del tipo "buf, qué mierda de peli...a tí te molará").

Y...bueno, es que diría más cosas sobre tu post, pero me parece tan increible la manera de unir la lucha libre mejicana con la crítica cinematográfica española, que me has dejado tal que así O_ô y me siento incapaz e indigna de decir nada más.

Bueno, no quería decir que estás muy rico en traje de luchador, y que me hice la picha un lío con lo de registrarme en lo del 20 Minutos y no se si al final te voté o no.

A sus pies,
Patricia Fairbanks

Fairbanks said...

Ah, que yo con Zunzunegui me he pegao buenas siestas en seminarios varios. Me gustaría verte partirle la madre en el cuadrilátero, ggrroooaarrrr!!

Eso era.

Fairbanks said...

Y que desde que Chuspi me descubrió tu blog espero ansiosa cada nueva actualización.

A mí también me leen pero no me escriben. Me dicen en persona o por otros medios "ooohh, que guay la versión de nosequéee que pusísteis" , pero no me lo escriben en el blog...y...me jode. A veces desaparecen las ganas de escribir pensando que no te leen, pero vamos, en tu caso no debes pensarlo ni por asomo.

Fairbanks said...

En realidad he escrito tres veces seguidas porque me dijeron una vez que si lo hacía, se me aparecería Douglas Fairbanks blandiendo su florete, pero veo que son todo falacias.

Hiperbreves S.A. said...

Le he echado un vistazo a tu blog y estoy flipando, ¿de dónde sacas ese material?. Ahora sólo te pido 20 segundos de tu vida para que leas alguna de las historias de http://www.hiperbreve.blogspot.com Quiero lectores críticos que dejen sus comentarios y, si alguien cree que merezco un voto, pues adelante.

Hiperbreves S.A. en la categoría de ficción.

Dirty Clothes said...

La familia Rufianes se siente más rastrera que cuando el Gobierno ocultó la crisis, pero se ve obligada a mendigar tu voto no por ganar el concurso, si no al menos para poder estar entre los tres finalistas y que el jurado valore su humor gráfico en vista a en un futuro poder salir en su periódico. Son así de vanidosos…
Si te gusta el blog y les votas, te darán las gracias. Si no, que ya sabemos que estas hasta lo cojon… de los spam, critícalos e insúltalos que eso les pone mucho. Y es que los trapos sucios se lavan en casa , o lo que es lo mismo, dirty clothes clean at home 

Anonymous said...

Que aún no te había dicho nada porque, como Fairbanks, me he quedado con la boca abierta con esta simpar comparación entre la lucha mexicana y la crítica española. ¡Mon dieu! Cuando vuelva a ver a todos esos popes en algún seminario o encuentro no voy a poder aguantar la risa pensando en tu post. ¡Qué genialidad!