Tuesday, July 28, 2009

Palomitas se muda...

Hola a todos, estamos de mudanza…


Desde hace tiempo el sistema blospot.com del que, la verdad, tanto he aprendido, me estaba dando muchos dolores de cabeza (por ejemplo, tenía muchos problemas si estaba abierta mi cuenta gmail), estos problemas se hacían más graves si intentaba actualizar el blog desde un ordenador que no fuera el de casa: todos aquellos que os metéis desde mozilla-firefox, que es el navegador que recomiendo, habréis podido comprobar que el blog, que últimamente tiene tantas imágenes y videos, estaba hecho un desastre. En fin, que llega el momento de echar por la calle del medio… Y la calle del medio en este momento es wordpress que pese a que debe de tener sus desventajas (yo aún no las he descubierto) da más posibilidades y un aspecto más profesional, aunque yo lo único que espero es ganarme la vida con mis hobbys. Por eso, os invito a todos al nuevo sitio, que como primera y fascinante novedad me permitía comprarme el dominio. Chica, dicho y hecho, yo me lo quitaré de comer pero a mí, para dominios no me ha de faltar. Así que ya existe un flamante…


We are moving to…
http://palomitasenlosojos.com/


Pero antes un video de despedida (dedicado a mi vecina loca preferida, Chelo, que no podía dejar mensajes)…



Monday, July 27, 2009

Dutronc, el dandy revolucionario

Aunque esta es una confesión muy personal creo que es esencial para comprender las líneas siguientes: yo, señores, me torcí a una edad muy temprana. Sé que no es una historia muy original, pero siendo joven y débil (soy de ese tipo de personas que aún midiendo dos metros se le puede llamar “enjuto”) me puse a toser, a leer y a ver cosas para las que ni mi cerebro ni mi frágil salud estaba preparada. Pronto, y para evitar encontrarme con mi familia me quedaba hasta las tantas delante de la tele y me tragaba en el “Cine club”, una sesión de cine, nocturna, televisiva y alevosa de la segunda cadena, donde pude ver películas de los grandes maestros italianos Fellini o Pasolini. O películas suecas donde se hablaba poco y como queriendo decir muchas cosas recuerdo haber visto de una manera completamente innecesaria Ordet como a los 17 años. Por esa misma época también me interesé por la ópera y los musicales, lo cual daba un carácter tramoyístico a los ataques de histeria propios de la adolescencia que se sumaban a mis silencios copiados de las grandes obras suecas (eran silencios prolongados e inquietantes).




Ante ese panorama y de una manera muy razonable mis padres empezaron a animarme a que alargara mis horarios nocturnos, y así ellos también evitaban cruzarse con esa mezcla de decorador de interiores e intelectual de izquierdas en el que me había convertido. Todo eso, claro, cercenó una de las partes más alegres de mi adolescencia: el pop y el fenómeno fan. De hecho mi interés por la cultura pop viene de esa imposibilidad de llevar la carpeta llena de fotos de personas atractivas y prefabricadas. Miraba con la envidia de una mariquita de pueblo a mis compañeras de clase que enviaban mensajes semióticamente inequívocos en sus carpetas: por un lado fotos de machos alfa, de los mejores ejemplares de masculinidad que además habían superado la selección natural de la fama; por el otro, fotos de bebes. Sus carpetas decían “soy una mujer cuyo útero ya está preparado para procrear”. Mis carpetas, en cambio, decían “soy una persona insulsa a la que su madre le forra los libros y los utensilios de clase”… de hecho creo que en un arrebato paroxista tuve un boli bic completamente forrado. Vaya, yo en aquella época era ya un intelectual de izquierdas y un coñazo, y no podía hacer lo que por aquel entonces veía en la tele



Sin embargo hace unos meses he descubierto un cantante en el que puedo unir mi intelectualismo a marchamartillo con mi faceta más pop de fan completamente histérica (¡¡¡¡Maaaaaartin te quieeeeeeero!!!!). Ese hallazgo, no nos engañemos, es digno de celebrar, porque ciertamente la música pop es muy divertida y nos gusta a rrrrabiar pero no es uno de los métodos ideales de transmisión ideológica (o quizás la no-transmisión ideológica sea uno de los mejores métodos de transmisión ideológica). Los “wah wah”, “yeh, yeh”, y “oh, oh” son fantásticos, muy tatareables y divertidos, pero dejan una sensación, ay no sé, como de poco pensar. Así pues, ¿qué puede hacer un intelectual de izquierdas con un alma de quinceañera como yo para resolver esa carencia, ese nudo gordiano entre sesudismo e histerismo?. Ustedes siempre pueden decir, “chico, échate por el punk que aúna estribillos sabrosos y posición política”… y yo les tengo que dar la razón. Pero lo mío, definitivamente, no son las soluciones fáciles. Yo quiero pop, pop concienciado, pero para eso hay que hacer un poco de arqueología y plantarse en mayo del 68.


Los agitados años que precedieron y que siguieron a la revuelta sesentayochista tuvieron a un guapo oficial, a uno de esos cantantes a los que se puede tirar las bragas no como simple celebración sexual sino como acto situacionista, como absurdo intelectual. Él es, claro, Jacques Dutronc antiguo miembro del grupo El Toro et les Cyclones, compositor de canciones, amigo de Serge Gaingsbourg, y según la wiki cantante de las letras escritas por “Jacques Lanzmann, escritor, periodista, hermano de Claude Lanzmann (ex secretario de Sartre)” (¡¡¿¿??!!). Aunque la línea que une a Dutronc con Sartre es ciertamente débil, Dutronc se embebe del ambiente de la época, y canta su primer gran éxito en Francia “Et moi, et moi, et moi” de 1966. Una canción cuyo primer estribillo promete mucho: « Sept cent millions de chinois / Et moi, et moi, et moi / Avec ma vie, mon petit chez-moi » . O sea : “Setecientos millones de chinos / Y yo, y yo, y yo/ Con mi vida, mi pequeña casa”…

La canción tiene momentos cumbre, la verdad, siendo mis favoritos:
«Trois cent millions de soviétiques / Et moi, et moi, et moi / Avec mes manies et mes tics /Dans mon petit lit en plume d'oie » o sea « Tres cientos millones de sovieticos / Y yo, y yo, y yo/ Con mis manias y mis tics/ Con mi pequeña cama de plumas de oca ».


« Cinquante millions de gens imparfaits / Et moi, et moi, et moi / Qui regarde Catherine Langeais / A la télévision chez moi » « Cincuenta millones de gente imperfecta / Y yo, y yo, y yo/ Que miro a la Catherine Langeais (la Anne Ibartiguru del momento)/ en la televisión de mi casa »


« Cinq cent milliards de petits martiens / Et moi, et moi, et moi / Comme un con de parisien / J'attends mon chèque de fin de mois » « Cinco mil pequeños marcianos / Y yo, y yo, y yo/ Como un parisino capullo/ Espero el cheque de fin de mes » y luego el estribillo de toda la canción « J'y pense et puis j'oublie / C'est la vie, c'est la vie » o sea « Yo pienso, y yo olvido / Así es la vida ».


La canción, claro, trata de una de las tendencias del capitalismo contemporáneo, una de la que ya han hablado de manera extensa gente como Agustín García Calvo o Vicente Verdú quienes han demostrado sobradamente que una de las herramientas básicas de una sociedad de consumo acelerada es el personalismo. La tendencia al divide y vencerás, a que cada uno de nosotros somos especiales, a que no pertenecemos a ninguna colectividad, sea esta el pueblo o la gente (“la buena gente de Calahorra del Subidillo”). Que somos únicos y exclusivos y que como tales necesitamos que los bancos, las agencias de viajes y otros nos den servicios personalizados. En un mundo con cinco millones de soviéticos lo que importan son mis manías y mis tics. “Y yo, y yo, y yo… yo es que soy muy de… a mi es que no me gusta…yo no puedo soportar”. Yo pienso, y luego olvido.


Ustedes dirán que él es guapo y simpático y que la canción es saltarina, pero que, en definitiva, es un poco sesuda. Sin embargo, en la siguiente, J'aime les filles (1967), el Dutronc se deja de intelectualismos y se pone en plan crooner romántico, uno de esos que mira directamente a los ojos y susurra en francés. Ante esas eficaces armas de destrucción masiva de bragas, lo mejor, claro, es dejarse hacer. Sin embargo, por debajo de una trabajada seducción sostenida mediante la susurrante letra y la pose indolente, creo que está es una de las canciones más revolucionarias que he oído, porque consigue, y de ahí su éxito, ser radical bajo su capa facilona. Veamos como lo hace.

La clave, claro, está en ese perfecto flequillo y en la letra, en la que hace una lista de tipos de chicas que le gustan. Están, claro, las del cine, las del Vogue, la de los grandes almacenes, pero junto a ellas Dutronc también ama a:


«J'aime les filles des magazines / J'aime les filles de chez Renault / J'aime les filles de chez Citroën / J'aime les filles des hauts fourneaux / J'aime les filles qui travaillent à la chaîne » « Me gustan las chicas de los grandes almacenes / las de la Renault / la Citroen/ de los Altos Hornos/ las que trabajan en la cadena de montaje ».


« J'aime les filles qui radotent / J'aime les filles à papa / J'aime les filles rigolotes / J'aime les filles sans papa / J'aime les filles de Megève / J'aime les filles de St-Tropez / J'aime les filles qui font la grève /J'aime les filles qui vont camper » « Me gustan las chicas que desvarían / las de papa/ las cachondas / las que no tienen papá / las de Megève / las de St-Tropez / las que hacen huelga / las que van de camping »… me tendrán que reconocer que alguien como Dutronc diga « me gustan las chicas que hacen huelga » es un llamamiento a la movilización general, es como si uno de estos chuletones de la MTV se pone a cantar algo así como me gustan las chicas “antiglobalización” sin que eso resultara una enorme contradicción.

Entre todos los hallazgos que tienen las canciones de Dutronc -“J'aime les filles qui font vieille France” (Amo a las chicas que hacen vieja a Francia)- están también las rimas directamente políticas. En 1968, un año calentito para Francia y para parte de Europa y América (recordemos los muertos en México) Dutronc saca una pegadiza canción muy a contrapelo, llamada L'opportuniste donde dice “Je suis pour le communisme / Je suis pour le socialisme / Et pour le capitalisme / Parce que je suis opportuniste”. Pronto señaló Dutronc que en todas las revoluciones siempre hay listos que sobreviven mejorando su situación, dejando atrás a un montón de tarados que se creyeron el cambio. Para saber que despojos dejó atrás el mayo del 68 es muy interesante de leer el libro de Daniel Cohn-Bendit La revolución y nosotros que la quisimos tanto donde aparecen junto a esa nueva generación de gobernantes que escaló el poder tres el 68, esa retahíla de perseguidos, encarcelados o empobrecidos por llevar sus ideas a sus conclusiones lógicas. Mientras tanto, el Dutronc cantaba esta canción tan chula, con un extraño video pop…




« Je crie vive la révolution / Je crie vive les institutions / Je crie vive les manifestations / Je crie vive la collaboration »


Sin embargo, volvamos a la anterior canción, la de J'aime les filles (1967), porque la hemos dejado a medias ya que nos faltaba hablar del estribillo en el que dice “Si vous êtes comme ça, téléphonez-moi / Si vous êtes comme ci, téléphonez-me” es decir “si eres así (si eres huelgista) llamamé”. Entre las multitudes de mujeres, que creemos, le llamaron, estaba la Francoise-Hardy con quien inicio una larga relación, para quien compuso varias canciones, y con el que tuvo un hijo Thomas Dutronc que, como era de suponer, les ha salido un solete y que canta canciones así de divertidas




Mientras tanto su padre, Jacques Dutronc, dejó de lado la carrera de cantante por la de compositor, y sobre todo, actor, habiendo participado en más de 40 películas y series, entre ellas Merci pour le chocolat (2000) de Claude Chabrol o siendo protagonista de un biopic de Van Gogh dirigido por Maurice Pialat. Pues eso, os dejo con la última canción de Dutronc, una de esas que hace mover la cadera y las neuronas, preparado para forrarme la carpeta del año que viene con fotos de él. Saludos desde Paris!!!!.

Friday, July 24, 2009

Fiesta en la playa, canciones de verano



Unas simpáticas lectoras de esto, que son unas señoras historiadoras del cine de esas que se visten por los pies, celebran todos los años por estas fechas una sofisticada fiesta en la playa a base de mucha bebida y muchos bocadillos de atún con pimiento y huevos duros, amén de otras aceitosas delicatesen. Todos los años, y si las inclemencias del tiempo en forma de olas gigantes o ráfagas de viento lo permiten, se lo pasan pipa, beben y charran sin parar. Yo todos los años me pierdo la fiesta porque me encuentro en algún sitio improbable haciendo algo improbable tanto sea emborrachándome una fiesta de la cerveza en Colorado o mirándole el culo a alguna estatua de Mirón de Eleuteras en el Louvre y, haciendo esas cosas improbables, me acuerdo ellas. Para todas, van dedicadas estás canciones del verano que he encontrado perdiendo el tiempo por el youtube. La primera de ellas es un hit veraniego de Bobby Vee “The Night Has A Thousand Eyes” (La noche tiene miles de ojos) donde se ve una fiesta surf en toda regla comparable a la que se realizará esta noche. Con fogata, bikinis y un ataque sorpresa de algas que colonizan el cerebro de una de las muchachas. Sin embargo, si por algo destaca el video, a parte del aspecto asquerosamente WASP del cantante, es por los bailes de su churri, a base de unos movimientos hipnóticos, espasmódicos, y mecánicos que recuerdan a los de la “falsa María” de Metropolis (el robot para aclararnos), a la que la escritora Pilar Pedraza llamó “la histérica mecánica” o “la libélula mecánica”. Porque, evidentemente, ella con su cardado rubio es una Mantis (P)Religiosa de aúpa. Una de esas que al finalizar el acto se va a merendar a Bobby Dee, y me parece a mí que le sabrá a poco, porque cuando una señorita se pone a airear el potorro (literalmente) sobre una moto es que ha de tener buen apetito.



Pero, ay, el verano no sólo es tiempo de fiestas, bailes locos, y lagartas, también de llevarse sus buenos disgustazos. En el siguiente video, uno de mis favoritos, la que se lleva un soponcio de los buenos, de los de hipar, es Patricia Carli en su famosa canción “Arrete, Arrete” (“Detente, Detente”). Pero la Carli no se lo dice a un bicho, no es “Detente” en plan “Quita bicho”, sino que se lo dice a un muchacho, personificado en este video por Frank Alamo. La canción, en definitiva, es un gran dramón sobre el último encuentro entre dos amantes, un encuentro lleno de reproches en los que ella le echa en cara que ¡¡¡mañana se casa!!!. La historia se va poniendo calentita cuando descubrimos que él ha pegado el braguetazo del año: “Elle a de l'argent /elle est jolie / Elle a toutes les qualités / Mon grand défaut c'est de t'aimer” (Ella es de oro, ella es la gracia, ella tiene todas las cualidades, mi único defecto es que te amo”). O «Mais tu as préféré les grands honneurs / À la place de notre bonheur / Et, et pour garder tes ambitions/ Tu as détruit mes illusions » (Tu prefieres los grandes honores, a nuestra felicidad, Y por conseguir tus ambiciones, Has destruido nuestras ilusiones). En fin, que lo que le dice, y con toda la razón, pasa de lo grave a lo gravísimo, hasta que le espeta en toda la cara “Tu es le maîtrrgggggggge de ton sorrggggggggt” (eres el dueño de tu destino). La canción y la actuación de Patricia Carli es perfecta: con esos violines sostenidos, ese eyeliner que es un horizonte de desesperación, ese echarse las manos al cuello, ese final truculento con ese atávico “NON” mientras que Frank Alamo repta en la oscuridad. Para mí, una obra perfecta del pop elevado a la categoría de aria de ópera.


En fin, todo muy bonito, pero aquello fue una noche toledana: el Alamo se queda con lo que se conoce popularmente con “dolor de huevos” (“pero no me dejes con este dolor de huevos”) y a la Carli no se le va a pasar el disgusto en una semana, que ya se la ve. Mientras tanto la gente celebra fiestas, se enamora, se junta con amigos… echo de menos Valencia.

Friday, July 17, 2009

Turista con obra maestra al fondo

Los aficionados y los degustadores de arte somos, y no podemos negarlo, unos elitistas de mierda. La nuestra es una afición que parte de un duro aprendizaje previo, de muchas lecturas y de muchas noches de invierno solitarias con el viento azotando nuestras contraventanas. Fuera, sólo la fría noche y un montón de gente estúpida. Aunque en eso de la soledad, como en todo, siempre han habido clases: mientras los aficionados al cine de autor o europeo (si ambas categorías coinciden, ya es lo más) tenemos que aguantar que cualquier indocumentado se alquile una de Michelangelo Antonioni y nos suelte “pues a mí no me ha gustao” (a mi no me he gustao, a mi no me ha gustao…). Los admiradores del arte contemporáneo viven tranquilamente su afición tan sólo molestados por los periódicos que hacen burla y cuchufleta de los artefactos del S.XX y el SXXI. Porque vamos a ver, nadie en su sano juicio visita un museo de arte contemporáneo a no ser que el edificio esté firmado por un arquitecto chino gay y su madre, estilo Ryue Nishizawa y Kazuyo Sejima .Encargados de la ampliación del IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), y que han elaborado un interesante proyecto en el que unen el arte contemporaneo con la colombicultura o la competición con palomo deportivo y la exposición de palomos de raza buchona (que es una costumbre muy valenciana). Por qué díganme que si la ampliación de la terraza del IVAM no es un palomar, ustedes dirán. Pero bueno, los que los tienen mal, pero mal fatal, son los aficionados al arte del SXVIII y el SXIX, porque ahí sí que existe quórum: el arte de esos dos siglos es “bonito”. Que lo dicen desde los libros de arte más sesudos hasta la Mía (todo lo que interesa a la mujer dinámica, práctica, moderna y actual). Ese arte es “bonito” y gusta a todo el mundo. Con lo cual, los museos parisinos dedicados a este periodo cronológico están a rebosar.


Ver a un connaisseur del arte impresionista apartar cabezas, culos, y mochilas en el museo de Orly. Observar como la mirada pensativa es interrumpida por miles objetivos de cámaras y de móviles, es, definitivamente, una delicia y uno de los grandes lujos que ofrece esta ciudad. Primero porque uno descubre las asociaciones terriblemente fascistas que tiene la apreciación estética (y fíjense la animalada que he dicho). Asociaciones que en parte derivan de toda esa propaganda nefanda del dialogo entre el alma del artista y el alma del espectador, del conocedor, que se hace imposible ante la horda de gafas japonesas que reticulan las obras maestras del SXIX. El arte, se supone, no puede hablar a gritos y no puede comunicarse por encima de todos esos ruidosos turistas. Esta situación que imposibilita el arrebato estético hace que uno rememore la apreciación original de las obras: cuando las terribles circunstancias económicas hacia que unos pocos podían disfrutar de la calidad estética. Uno se pone sentimental y se imagina como un gran burgués del SXIX, en cuyas fábricas moría la gente a puñados, o ya directamente como un buen Luis XIV o XV, con los menesterosos pudriéndose en las calles, mientras la rocalla y el rococó acogían los amables salones literarios o artísticos.


Pues fíjense aquí estamos, en pleno SXXI, donde, a pesar de que el vuelo a París y las entradas a los museos no están al alcance de todo el mundo (desde luego), el arte se ha convertido en un entretenimiento de masas de gentes. Las salas están llenas de turistas, de turistas como yo. Y observándolos, observándonos, durante un largo tiempo en el Musée de l'Orangerie donde se exponen los famosos Nenufares de Claude Monet pensé en el maravilloso espectáculo que suponía todo ese ballet de cámaras, de modos de enfrentarse a la obra maestra, de poses delante de los cuadros. Era un rito increíble. Además toda esa gente que como yo había venido de lugares lejanos, siguiendo las mismas direcciones y los mismos consejos de la misma guía, habían llegado a la misma maravillosa conclusión: las Bellas Artes en el SXXI no valen nada. Bueno, no valen nada, no valen más que cualquier otra imagen ya sea esta una esquina pintoresca, un cartel de publicidad o una imagen conocida de una película. Y de cosas así, créanme, está lleno un París que se ha convertido en un gran buffet libre y audiovisual para turistas. Quienes lejos de querer apropiarnos de los cuadros, queremos consumirlos rápidamente y pasar a la siguiente imagen que nos lleve a la siguiente… es en definitiva llevar el capitalismo cultural al extremo, consumir imágenes por consumir imágenes, hasta el agotamiento. Pero, oye, que nosotros no hemos inventado el sistema, tan sólo lo sufrimos y lo mantenemos a marcha martillo intentando buscar algún resquicio por donde respirar.




Por eso, y aunque no quiero entrar en el espinoso debate de que en definitiva de Disneyland® Resort Paris es más real que el Louvre, ya que ambos están orientados a pasear al turistas por fantásticos escenarios que imitan películas con la finalidad de entretenernos, aunque el primero no pretenda engañar a nadie. Y no quiero entrar en el debate no porque no tenga miga, sino porque a los turistas, la verdad, nos da igual, no vemos diferencia entre una cosa y otra. Por eso, como decía, obviando ese debate, y con la certeza de que cualquier foto de un cuadro sin gente (sin turistas) no vale un pepino, surge el tema del arte convertido en espectáculo. Pero espectáculo en su sentido canónico: como una relación de poder entre observador y observado. Evidentemente, los turistas ejercemos nuestro poder sobre la obra de arte, del mismo modo que la ejercemos sobre los nativos del lugar. Nuestra mirada se obtiene mediante la posición de poder que da el dinero. Sin embargo lo bueno del espectáculo, y he ahí su genialidad y la razón de que sea la máxima expresión del capitalismo tardío, es que nadie es libre: ni el observador ni el observado. Sobre la persona o el objeto observado se ejerce el poder, pero el observador tampoco es libre. No tiene la oportunidad de mirar cosas nuevas o frescas. Su itinerario está marcado y no se puede desviar de ahí. Cuando te montas a una atracción de Eurodisney tu camino y tu mirada esta prefijada, te subes a una vagoneta, y ves fantásticos dioramas que te resumen tridimensionalmente la película Peter Pan, pues con el Louvre o el Centre Pompidou, pasa lo mismo pero más disimulado. Por eso en mi “Cruzada Infantil contra la Hipocresia Cultural” lo que propongo es que se instalen en el mismo Pompidou barcas o asientos móviles con formas de animales que lleven a los visitantes a lo largo del museo, para que estos sin moverse y con un tiempo y un grado de atención prefijados puedan ver las grandes obras que allí se depositan. El viaje podría estar amenizado por una canción pegadiza y por simpáticas mascotas (¿quizás los grandes genios de la pintura animalizados, Van Gogh como un león, Lautrec como una ratita, Monet como una morsa…?). Al final quedaría una cosa muy divertida e ingenua, que es en definitiva lo que todos queremos, una cosa como mi atracción Disney preferida, Its a small world” (nótese que en que en minuto 2.12 se habla de los Balcanes sin recurrir a las terribles matanzas que alli ocurrieron… por cierto molaría hacer un “Its a small world” pero economica y socialmente corrento, con hambrunas, guerras étnicas, desplazamientos de civiles, encarnizadas luchas étnicas, genocidos y feminicidios, homofobia…).









En definitiva, la diversión requiere sacrificios, y éstos no sólo son económicos, sino también rituales o simbólicos. ¿Qué hace el turista ante una obra maestra, ya habiendo pagado el vuelo, el hotel, las caras comidas, los suvenires, la entrada a los museos?. Sacrificar lo único que le queda, su familia. Uno coloca a su familia delante de una obra maestra y hace click. Y eso durante miles y miles de veces, como pude observar el museo de el Musée de l'Orangerie donde saqué estas fotos de gente haciéndose fotos delante de los Nenufares. Robarles con la cámara ese instante me producía un placer fetichista, al obtener un momento no reservado para mí del que me apropiaba. Además, claro, estaba el asunto del sadismo: ver como todos esos fotógrafos, en su mayoría padres y madres de familia, sacrificaban a sus familias y las hundían en el agua cenagosa y putrefacta de los nenúfares. Esa agua pestilente que para mí es el SXIX y la historia del arte en general donde llevo tanto años hundido, y comprobar cómo ese montón de gente quería hundirse conmigo. Indudablemente me gusta mucho más la gente que el arte.














































Tuesday, July 7, 2009

Clásicos franceses (de hoy): Julien Doré

Aunque este post esté literalmente copiado del magnífico blog del programa de radio Nuestros vecinos del Norte, de Radio3, dedicado a la música francesa, no puedo dejar de poner la que considero mi canción y mi cantante del verano, uno que, la verdad, tiene tela. Porque cómo reaccionarían si les digo que lo más guay en este maldito París sin aire acondicionado (ya les contaré mi golpe de calor en la ópera Gardnier con vómitos incluidos entre los allegros ma non tropos de Schubert) es el único descendiente, el ta-ta-ta-ta-ta-tara nieto-sobrino del famoso ilustrador del SXIX, Gustave Doré, quien a su vez también estudió Bellas Artes. Que además participó en la versión francesa de “Operación Triunfo”, causando estupor con sus versiones en ukelele de grandes éxitos –que le valieron serias amenazas de expulsión de la casa- y donde alcanzó una primera fama con su versión de Moi lolita de Alizee una canción de los 90 que todos estábamos intentando olvidar, y que ya casi habíamos conseguido hacerlo… Pues si todo eso no era suficiente, va el tío y saca una magnifica canción titulada “Les limites” cuyo multi premiado video es un “homenaje” (por no decir “se caga en la boca”) de uno de Serge Gaingsbourg. Como ya no podrán aguantarse más las ganas de verlo, porque además el chico lo vale, porque está como los huevos fritos con puntilla, o sea, para mojar pan (lo dice la “Elle” y mis 40 mejores amigas), disfruten de este despropósito de persona, de este hombre rumboso que presume de apellido llamado JULIEN DORE. Pero eso, sí, antes, vean el vídea de Serge Gainsbourg que le inspiró, que también…




Y ahora dos de las cuatro versiones del video de Doré








Cómo ver estos videos le convierten a uno inmediatamente en fan absoluto de Doré, les pongo una versión ukelele de la magnifica Cette Air-la de France Gall, por cierto que en la página de donde saqué el video http://ukulelehunt.com/ una página dedicada a la difusión del ukelele estaban contentísimos de que este noble instrumento se relacionara con una persona guapa y moderna y no sólo con gente como Tiny Tim… el ukelele mola:



Para terminar otro video del Doré con la Catherine Deneuve que también es digno de verlo con un aire retro-chungo que remite directamente a lo peor de la filmografía de los 80 desde Flashdance (1983) hasta esa peli sobre la moda de los rollers y el patinaje en línea que hizo la niña del exorcista Linda Blair llamada




Si pinchan en el blog de Nuestros vecinos del Norte podrán ver además un extraño dueto de Julien Doré con la Primera Pilingui Francesa… digo Primera Dama Francesa. A vernos y a divertirnos…

Tuesday, June 30, 2009

Les chinois a Paris, les américaines a China



Como nada más llegar a París me voy a ver inmerso en la majestuosa “pompa introitus” que me está montando mi señora esposa como recibimiento y que incluye una vista a Eurodisney ® (¡¡¡¡bien!!!!) y un concierto de Schubert en la Ópera Gardnier (¡¡¡doble bien!!!)… por cierto, qué pena que se haya perdido la bonita costumbre de la “pompa introitus”, que consistía básicamente en montarle la fiesta a un personaje importante cuando llegaba a una ciudad, que si sus buenas fanfarrias, que si sus buenas composiciones musicales ad hoc, que si sus buenas arquitecturas efímeras, que si sus buenos menesterosos doblegándose ante la majestuosidad y apoteosis de los dirigentes. De esas cosas tan bonitas queda poco o nada, si acaso cuando viene Obama, los Take That o un equipo de balompié de esos que ganan copas. Pero salvo esos concretos ya no existe ganas de hacer las cosas bien y bonitas (sobre todo bonitas), por eso esta “pompa introitus” que me van a montar va a ser de andar por casa, sin querer desmerecer conocer a Minnie o la schubertiada, pero vamos que no espero ni cornucopias ni una ramillete de bellezas autóctonas portando productos de la tierra, sino una cosa más sencilla, a la altura del personaje. Por eso aunque ustedes, queridos lectores, vayan a pasarse el verano en el pueblo con sus primos capando lagartijas y diciendo cosas como “sí, pero el calor de Madrid es más seco…”, no se preocupen, que yo los dejo apañados, entretenidos e ilustrados. Porque hoy no sólo vamos a ver cosas que van de muy extrañas a bizarrísimas, sino que además, y por variar, vamos a ir a la ópera y al ballet. Ala, para que después digan que sólo hablamos de tonterías…


La verdad es que con el post de hoy estoy fascinado (mal que me sepa decirlo a mí), pero he encontrado un tema de estudio que es que tiene miga, uno que mezcla la alta política, con los coros y danzas, los bromazos más absurdos y trabajados con la música contemporánea. Síganme y aprendan como trabaja un buen documentalista pop, que no me contrataron para una famosa exposición por la caída de mis ojos (qué subidito estoy). Toootal, que me encontraba vagueando en internet que es a lo que en el gremio llamamos “fase de toma de contacto”, y descubrí una peli de esas de no-me-lo-pue-do-cre-er, o como decimos los documentalistas, un material que era “buena mierda”. La película en cuestión era la francesa Les chinois à Paris (1974) de Jean Yanne, una peli que proponía una distopía política totalmente disparatada, presentada a través de un humor trabajado e inteligente. La distopía, como todos sabrán, que para eso está la wiki, es “una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal. El término fue acuñado como antónimo de utopía y se usa principalmente para hacer referencia a una sociedad ficticia (frecuentemente emplazada en el futuro cercano) en donde las tendencias sociales se llevan a extremos apocalípticos”. Siguiendo estos planteamientos esta película materializaba una anti-utopía concreta: ¿Qué hubiera sido de Francia si esta hubiese sido conquistada, como el resto de Europa, por la china comunista de Mao durante los 70s?. La película, una superproducción, lleva ese planteamiento hasta sus consecuencias más histéricas, y lejos de limitarse a poner a cuatro chinos en el Sacre Coeur (que también), investiga las consecuencias culturales que ese hecho histórico podría acarrear, inclusive en el mundo de la danza y la ópera. Si ustedes, como yo mismo hace una semana nunca se hubiesen imaginado ver una versión maoísta de Carmen de Bizet, aquí la tienen con la coreografía de Monique Vence y con los solistas Anne Golea y Jean-Pierre Toma:




La película como se habrán imaginado tiene que ser un despropósito pero de los grandes, ya que el Politburó se instala ni más ni menos que en Galerías Lafayette, y desde ese centro del capitalismo, controlan la Francia entera. Disfruten de más imágenes de esa rareza totalmente reivindicable, y déjense caer en la tentación: experimenten el placer culpable que se encuentra imaginando una buena purga cultural de esas que hace que se renueven (a la fuerza) las castas universitarias, culturales y científicas:

Si ustedes ya han dejado de reírse o de gritar aquello tan bonito de “¡¡¡ Una buena revolución cultural tendría que venir para librarnos de todos estos malfainers!!!” (o en su defecto “¡¡¡Una buena Semana Trágica tendría que venir, que allí se disparaba sin preguntar!!!”) no esperen más datos sobre este delicado hongo de la comedia francesa, porque no he encontrado prácticamente nada en internet. “No hay buena mierda”. Sin embargo, sí que encontré sobrada información del otro referente sobre el que se construye la “Carmen Maoista”. Porque el ballet que aparece en Les chinois à Paris mezcla de una manera tan absurda como divertida dos óperas completamente distintas: la Carmen de Bizet con una famosa ópera comunista llamada 色娘子 o en inglés The red Detachment of Women (“El destacamento rojo de mujeres”, haciendo referencia a la Compañía Especial de la 2ª División Independiente del Ejército Rojo Chino, formada toda por mujeres). La historia de este destacamento femenino que fue narrado en forma de novela, película, ballet y ópera, pertenecía a los terroríficos y coloridos “8 modelos de obras”, los únicos permitidos durante la Revolución Cultural China (1966-1976) todos con temas comunistas o revolucionarios. Ésta obra en concreto narraba la historia de una pobre campesina, Wu Qinghua o Wu Ching-hua, toda vestida de rojo, que es liberada por las milicianas de la Segunda División del yugo de Nanbatian, el señor feudal despótico que amordaza y ata a incómodos pilones a aquellos campesinos incapaces de pagar unos impuestos desproporcionados. Les dejo con el prologo de la ópera, para que vean el grado de perfección y de belleza que se alcanza con una buena partitura y unos buenos bailarines. Es, como verán, un gran espectáculo del que me interesa que presten atención a los minutos que van del 1:20 para adelante. Las imágenes que les ofrezco pertenecen a la versión de la ópera rodada en 1970 con el título original de Hong se niang zi jun (1970) y con Ching-hua Ching como solista:




Tras ver estas imágenes ustedes seguro seguro dirán “ya salió la roja extravagante que dice que le gusta el ballet de la Revolución Cultural China”, pero ay que necia es esa afirmación, porque este ballet en concreto tiene un notorio fan, alguien que es de todo menos rojo y extravagante. Ya que quien cayó rendido a los pies de esta ópera fue, y aquí viene el giro melodramático, Richard Millhouse Nixon quien asistió a una representación abreviada de la misma en su famoso viaje a China en 1972 acompañado de los Mao (vamos, de los Maos de toda la vida). El tipo que ha colgado la película de 1970 entera en youtube dancefrenzy (pinchando ahí pueden acceder a todos sus vídeos) explicaba de una manera muy directa las razones por las que Nixon quedo fascinado: “Ey, y ¿por qué no?. Es un gran espectáculo, lleno de emoción, canciones pegadizas, y un fondo al más puro estilo Hollywood, ¡¡bastante para ganarse a un presidente Republicano!!. Porque eso es lo que importa en el arte y en el espectáculo: ganarse a la audiencia”.



Pero lo más extraño de todo es que el viaje que Nixon realizó a China entre el 21 y 25 de febrero de 1972 inspiró a su vez a una ópera (¿me siguen o ya se me han perdido?): la famosa Nixon in China compuesta por John Adams en 1987, una obra espectacular por donde desfilan los Nixon, los Mao, Henry Kissinger… La cuestión es que en la segunda escena del acto II vemos a los Nixon asistiendo a la representación de Red Detachment of Women. El fragmento que les adjunto recoge ese extraño momento de ópera dentro de la ópera (la música es de poner los pelos de punta) donde se hace un juego sutil y muy inteligente a partir de las actitudes de Richard y Pat Nixon quienes, impresionados por la obra, deciden meterse de lleno en el ballet e interactuar con los personajes. Mientras Pat Nixon representa los valores cristianos de la Primera Dama Republicana que corre al auxilio de la campesina Wu Ching-hua, Richard... bueno, Richard es que siempre ha sido muy suyo…



Como harán comprobado no sólo la obra es una pasada, es que la dirección está llena de aciertos. No en vano es obra de mi director de ópera favorito, siempre hay que tener uno por si sale la conversación en la cola de la verdulería, el director como decía es el psicópata Peter Sellars. Quien combina en su carrera tanto los aciertos absolutos como un Don Giovanni situado en el Bronx, con un Don Juan negro y heroinómano, como las meteduras de pata descomunales como un Cosi fan tutte situado en Baja California que convertía la obra de Mozart en Beverly Hills, 90210. A mí me gusta todo lo que hace, más aún porque de él se han dicho verdadera sbarbaridades: que si es un enfermo, que si el emperador va desnudo, e incluso una soprano muy famosa llegó a afirmar que el suyo era uno de los nombres que “no quiero que se mencionen en mi casa. No pronuncies ese nombre en mi presencia. He visto lo que él hace, y es criminal. Como solía decir mi marido, hasta ahora nadie se ha atrevido a ir al Museo del Louvre a pintar un graffiti sobre la Mona Lisa, pero algunos directores de ópera están haciendo un graffiti sobre obras maestras." Para ver qué hace este hombre que a todos enfadan vean esta preciosa aria del final de Theodora de Handel convertida pues en esto:



En fin, que no los entretengo más, que estos señores tendrán cosas que hacer. Pero por no terminar con un aria de despedida vía inyección letal, pongamos algo más alegre y popular en el sentido, no de la República Comunista China, sino del pop francés, en el siguiente video el cantante francés Monty y sus problemas idiomáticos con las chinas. Ala, ¡¡¡ salud!!!.

Saturday, June 27, 2009

Clásicos franceses: L'école est finie!!!!!

Existe una definición preciosa de los sentimientos que dice “los sentimientos son los movimientos del alma”. Si aceptamos como verdadera esa premisa, he llegado a la conclusión que habiendo terminado mis exámenes y estando muy cerca de acabar la carrera (estoy “así” de cerca) los movimientos de mi alma imitan a la perfección los bailes de Sheila en el video que adjunto y que personalmente he visto como dos millones de veces:



Nous irons danser ce soir peut-être
Ou bien chahuter tous entre amis
Rien que d'y penser j'en perds la tête
Mais oui Mais oui l'école est finie
Donne-moi ta main et prends la mienne
La cloche a sonné ça signifie
La rue est à nous que la joie vienne
Mais oui Mais oui l'école est finie

(Iremos a bailar, esta noche quizás/ o iremos a armar jaleo, todo entre colegas/ Sólo de pensarlo pierdo la cabeza/ Oh sí, oh sí, se ha acabado la escuela/ Dame tu mano y toma la mía/ La campana ha sonado indicando/que la calle es nuestra, que venga la alegría/Oh sí, oh sí, el colegio se acabado).


Y fíjense si he desarrollado una esquizofrenia paranoide obsesiva con estas imágenes que he llegado a notar que Sheila me guiña el ojo varias veces a lo largo del video. Incluso he invitado a casa a amigos para que certifiquen que Sheila lo hace: “veis, aquí, y aquí… pero ¿cómo no lo podéis ver?. Ahí claramente me guiña el ojo… pero si hasta pronuncia mi nombre, fijarse si dice Nacho… l'école est finie, concretamente en el minuto 1:33, si lo pasáis a velocidad muy lenta ello lo dice, de verdad, Nacho l'école est finie”. Vamos que he alcanzado un esto de puro “arrebato” tal y como este concepto fue enunciado de manera clásica por Iván Zulueta en su película Arrebato (1980), o sea tal que así:


Me he pillado un cuelgue pop con la Sheila de los cojones que me puedo pasar un día entero viendo el puto video en el repeat y estudiando sus evoluciones que me han llegado a parecer el baile metafísico de los astros. Y fíjense que he llegado a temer por mi cordura que he decidido que la única forma de huir del influjo de Sheila (“la perra pop de Satán”) es invocar todos mis temores y montarme un psicodrama. He aquí mi palabra solemne: si yo, y ojo que esto lo digo en serio, si yo el año que viene termino con la carrera, me depilo de arriba abajo, me hago las cejas, me pongo un pelucón con lacitos, llamo a unas amigas (a la Rosa, la Fina, la Pere, la Aurea, la Mónica, la Chelo, la Paula, la Chus, la Eva et alii) nos disfrazamos de chicas francesas de los 60s, e imitamos plano por plano este video como celebración del final de esa maldición en que se ha convertido el grado superior que estoy cursando. El resultado, claro, lo cuelgo en el youtube.

Mientras voy buscando faldas plisadas os dejo con un trabajo de historia que he encontrado por internet y que es de un alumno de secundaria americana, del gran Chris, puntuado con un cero y que dice:


“Es obvio que el Halocausto (sic) fue una mentira creada por las corporaciones americanas propiedad de los judíos para conseguir más dinero para sus hábitos judíos. Ellos aún siguen pensando que les tienen que seguir dando cosas porque un tipo con peinado de casco mató a sus antepasados hace 700 años. Ok, para ser honesto, en realidad no prestó mucha atención en sus clases, y ahora mismo estoy realmente colocado… Seamos claros, he perdido el juego, ¿no?”… Uhmm, ¿Quién no ha deseado hacer alguna vez una cosa así?. Brindemos por el nihilismo adolescente:




PD: Todo el video de Sheila es un aquelarre, ¿verdad?, y los últimos segundos hacen referencia a la quema de brujas. Sheila es una bruja mayor y “el colegio” del título de la canción hace referencia al Vaticano, vamos que sólo falta la consagración de una hostia quemada y la bendición con el hisopo negro. Por favor, que alguien me diga que ha llegado a la misma conclusión…
¡¡¡Muchas gracias a todos por las respuestas!!!

Wednesday, June 24, 2009

Clásicos franceses: ¡¡¡FELIZ VERANO!!!

Feliz veranooooooohhhh aaahhhh ooooooffenbach:



Dúo de La Perichole de Offenbach con Marcel Amont y Nana Mouskouri, segun la wiki:

"La Périchole es una opereta en tres actos, compuesta por Jacques Offenbach, sobre un libreto en francés de Henri Meilhac y Ludovic Halévy, basado en la novela Le Carrosse du Saint-Sacrement de Prosper Mérimée. La Périchole es una adaptación francesa del apodo que se le daba a Micaela Villegas (1748–1819), mas conocida como La Perricholi, popular actriz y amante de Manuel de Amat y Juniet, Virrey de Perú entre 1761 y 1776. El origen de este apodo, tal vez en forma errónea, se ha considerado como la unión de las palabras "perra" y "chola", proferidas por el Virrey Amat hacia Micaela en un momento de ira. Sin embargo, se considera que el origen de este apelativo se debería, mas bien, a una expresión de cariño en la lengua materna del virrey, es decir, en catalán: "petita chola", lo cual significa, en español, "cholita".


Saturday, June 20, 2009

Clásicos franceses: initials BB


Como este verano se plantea muy francés, por lo menos pour moi, que me voy a pasar el mes de julio a Paris (oh-la-la) que mejor que ir haciendo cuerpo y empezar una serie de posts sobre los más grandes poetas franceses del siglo XX, es decir, los cantantes y cantantrices franceses que tanto hicieron soñar a ese pueblo de piel áspera que somos los españoles. Y qué mejor forma de comenzar este recorrido veraniego que con Baudelaire… digo con Serge Gaingsbourg. Gaingsbourg como todos ustedes sabrán es uno de los grandes, pero de los del Olimpo de semidioses de traje de chaqueta, bebidas fuertes y havannes. Influencias de Vian, jazz y la mala vida. Estrella indiscutible de la Francia setentera y autor de canciones para las mejores del momento, entre ellas, su estupenda señora la grandísima Jane Birkin. La Birkin a todos gusta, da igual que seas hombre mujer o mineral. Ella es estupenda, inteligente, natural, y sus apariciones en cine son espectaculares; desde unos primeros cameos en la supercool The Knack ...and How to Get It (1965) o en Blowup (1966) donde aparecía en bolas. Hasta unas actuaciones más que estimables en On connaît la chanson (1997) y en una de mis películas favoritas Daddy Nostalgie (1990) donde hace lo que los críticos con pocas ganas de pensar llaman “un duelo interpretativo” con Dirk Bogarde, ambos dirigidos por Bertrand Tavernier (háganse con esa película y háganme caso que es una de esas pequeñas joyas del cine que hay que ver). Además de todas esas, y unas cuantas más hasta llegar a las 80ytantas, tiene una con un título ideal, así en italiano, llamada Alba pagana (1970) que si de mí dependiera sería el nombre de mi futura e hipotética hija (¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaaalba Pagaaaaaaaaaaana, neeeena!!!). Pero volvamos a la Birkin y a su señor esposo (por cierto, ella lo abandonó), y veámosles en acción en una canción de muchos ruiditos y muchas onomatopeyas inspiradas en el comic. Ya que la canción fue escrita para la Bardot en la cumbre de su fama y su belleza tras haber rodado ese TBO gay que era Barbarella (1968), Queen of the Galaxy, pinchando aquí tienen la versión canónica y comiquera, y pichando abajo tienen la versión pues más de barra de bar. Con la Birkin haciendo ruiditos a pesar de que lo suyo fuera, a qué engañarnos, el susurro el cachondo...SHEBAM ! POW ! BLOP ! WIZZ !:



Aunque ella se descuenta entre tantos SHEBAM y CRASH, y a pesar de que Gainsbourg la mira como diciendo “¿estamos a lo que estamos?”, nadie en su sano juicio puede negar que eran una pareja ideal que se movía entre el escándalo y la inteligencia pop… vamos, en serio. ¿a quién no le gustaría ser un genio del pop y tener una bella e inteligente mujer, a una verdadera artista con él?… ¿a quién no le gustaría ser Serge Gaingsburg?. Pero ayyyyy que cretinos y que fatuos somos y que razón tenía Santa Teresa de Jesús cuando dijo aquello de “existen más lágrimas derramadas por las plegarias atendidas”. Toda la vida fantaseando con el dueto que harías con Jane Birkin, y llegado el momento quedas como un necio, pero como un necio absoluto (muy tierno, eso sí). Y eso lo cuento porque lo he visto y porque le pasó al Beck, el día que tuvo la brillante idea de hacer un dueto con la Birkin (de “L´anamour” ni mais ni moins) y así le quedó, véanlo como ya lo han hecho otro millón largo de personas por you tube y después comentamos:




Vamos a ver no es sólo que la Birkin esté más guapa ahora que en los 60s, y que sea capaz de comerse a Beck y sus mariachis en el escenario, pero es que Beck ya empieza mal, empieza disculpándose por su francés justo antes de atacar la canción (pólice? pólice?). Y a partir de ahí pues todo va de mal en peor, la Birkin transforma a Beck, que recordemos no es uno que empezara a cantar ayer, en un estudiante americano de secundaria al que le han suspendido lengua extranjera. En esa situación lo único que te queda hacer es poner esa cara de póquer que uno pone cuando la profe te saca a la pizarra sin tener ni repajolera idea, eso y mirarla de reojo, y esperar que termine la última estrofa, porque qué vas a hacer, ya estas metido en el lío. Menos mal que la Birkin es estupenda ya que por un momento parece que al termina la canción le iba a poner un “regulín” como nota. En fin, pura plegaria atendida y uno de mis videos preferidos del youtube.


Pero como no puedo dejar el post así porque la otra B de les initial BB (Birkin&Beck) también nos gusta a rabiar voy a hacer un acto de desagravio poniendo una de las canciones más guays de Beck “Que onda güero” donde se pueden escuchar en la misma canción cosas tan poéticas como
“Abuelitas with plastic bags
Walking to the church with the Spanish candles
Dirty borracho says 'que putas!'
Ándale, Joto, your popsicle's melting
Run better run, da doo run run”
(Abuelitas con bolsas de plástico / Andando hacia la iglesia con velas/ un borracho sucio dice “Que putas” / Ándale Joto se te derrite el polo/ Mejor corre, da dooo run, run). Donde se nombra juntos a James Joyce y a Michael Bolton (¡¡¿¿??!!) y donde se alcanza la perfección de un pop que no renuncia a la reflexión social con esta estrofa

“Hey vamos a jugar futbol ahí en el Griffith park
La Pico and Vermont
La locura
Yeah now I'm going to LACC
I'm taking a ceramics class
See the vegetable man”

(la última parte: “Yeah, ahora estoy yendo a los Angeles City College/ a tomar clases de cerámica/ Mira al verdulero”).

Órale.

Thursday, June 18, 2009

Mitad exámenes, así me siento:



Esperando ser re introducido en sociedad...

Wednesday, June 3, 2009

Girls und Krise: El ye-yé como primer estilo internacional


Robo cinco minutos de lo que se presenta como una pesadísima temporada de exámenes (hasta fin de mes no volveré a actualizar) para dar rienda suelta a una de mis ya viejas obsesiones: la música y el cine popular oriental, pero como siempre no en su versión de mamporros y karatekas, sino en su versión más girlie, de apasionadas historias de amor, aparatosos modelos y gente moderna. A poder ser de la década de los 60, momento en el que podíamos considerar que se instaura el primer estilo internacional de ser “chica”. Porque si como decíamos en un post anterior la década de los 20 y 30, con su catastrófica crisis económica, instauró los primeros signos de una cultura cinematográfica de chicas, va a ser la segunda mitad del siglo XX cuando veamos el asentamiento de la misma. La cultura de chicas, empieza evidentemente con el nacimiento de una cultura popular para adolescentes pensada para que éstos se gasten los cuartos en discos de rock and roll. Es decir, la primera cultura popular para adolescentes nació en la América de los años 50 y dentro de ella, los grupos de chicas (como veremos en otro post) estilo The Crystals van a ser una de las cumbres de todos los tiempos en el arte de ser una teenager. Sin embargo, esa capacidad de consumo que en los años 50 detentaba el adolescente granuliento de Arkansas tardará aproximadamente diez años de extenderse mundialmente hasta que podamos encontrar un adolescente parecido en Badajoz o en Kioto. Es decir, nos encontramos en plena cultura ye-ye sesentera derivada del éxito masivo e internacional de los Beatles.



No en vano, los casos de Japon y España asustan por las extravagantes similitudes: en ambos países el nacimiento de una cultura yeyé coincide con un desarrollismo económico, con un capitalismo acelerado (España sale del ostracismo económico y Japón se recupera vertiginosamente de la Segunda Guerra Mundial) que va a presentar un nuevo modelo de chica, la chica moderna que canta en inglés. Lean sino una descripción sacada del libro Las chicas son guerreras de Vicente Fabuel Caba (vamos, el de Discos Oldies de Valencia) y comparen con el siguiente vídeo: “Eso de ser una cantante yeyé con todas sus consecuencias imprimía un carácter de cierta uniformidad física y musical que quizá la restara variedad a la tribu pero que no reducía para nada su capacidad de fascinación. La ye-yé, rubia, morena, o –raramente- pelirroja, solía ser una chica bonita con melena corta sobre los hombros con cinta o pañuelo anudado convenientemente, niki o blusa camisera de los más chillones colores y una exigua faldita por encima de los muslo. Si el músculo estaba quieto, la actitud era de aparente desgana sin perder la elegancia, si poseída por el ritmo, jugaba a atolondrarse retorciendo sus articulaciones. Cualquier ingenio de Adolfo Waitzman bastaba para que una voz apañadita y unos grititos acabaran de liarla”. Aquí traduzcan el niki por el kimono, el pelo recogido por el flequillo (que gran momento el del flequillo), y los grititos por "ni-ni-ni" y ya tienen la idea:




Como han podido comprobar el varón heterosexual japonés tenía sus problemillas para seguir los modernos ritmos sincopados (se aburre, no pilla el rollo). Aquí, en España, pues era otra cosa. Que pasábamos de la burla más soez a entregarnos frenéticamente al baile, para acabar, como buenos españoles, cabreados. Es José Luis López Vázquez en Operación cabaretera (1967)



Aunque si esa película tiene una escena genial es cuando Gracita Morales, en el papel de Hipólita 'Lita' intenta pillar cacho con un chino en un inesperado choque de culturas salpicado de insultos y ofensas a amplios sectores de la población en una misma frase, para que encima tus amigas se acaban riendo de tí. ¡¡¡ Qué difícil es ser china... digo, chica!!!... Hasta el mes que viene (o antes).

Friday, May 29, 2009

Wasabi Kitsch: Rebecca Pan


A los que somos petardos, pero petardos a conciencia, occidente, como se suele decir, se nos ha quedado “chico”. Por eso, los amantes de las sensaciones estéticamente fuertes no tenemos otro remedio que girar la vista a oriente, en busca de lo que hemos dado en denominar “Wasabi Kitsch”. Un kitsch, que como el wasabi, tiene colores brillantes pero luego se te pega a la boca de una forma amarga y horrible. Si hace unos posts hablábamos de Grace Chang, esta vez toca a la gran Rebecca Pan (¡¡que nombres más bonitos!!). Rebecca Pan Di-hua (潘迪華, 潘迪) nacida en Shangai, se traslada en 1949 a Hong Kong para iniciar una rutilante carrera como cántate y actriz que le llevará a producir el primer musical en Hong Kong, que prácticamente puso la ciudad boca abajo. Sin embargo, durante toda su larga carrera ha participado en muy pocas películas pero muy bien seleccionadas y de prestigio. Por ejemplo, una de las últimas fue Fa yeung nin wa/ In the mood for love (2000) donde interpretó el papel de Mrs. Suen. Sus otras apariciones en recitales como el que recoge el video siguiente le confieren el status de “gran dama de la canción japonesa” que todo extravagante debe apreciar. Aquí interpretando la clásica, “ Can't help loving that man” con la bonita letra “Los peces tienen que nadar / los pajaritos volar / yo no puedo evitar amar a mi chulo”. Y no es que no lo haga mal, es que lo hace estupendamente:



Y es que a la Pan, siempre le ha dado por cantar en otros idiomas (quizás por el desarraigo de los exiliados chinos), cosa llamativa sobre todo para un mercado como el japonés de los primeros 60s dominado por el idioma mandarín, lengua de prestigio. Pero allí estaba la Pan, que como toda buena diva de la canción igual te canta en inglés, francés, o alemán aunque todo suene a rayos y centellas. De hecho su primer gran éxito fue una versión en inglés de una famosa canción del folclore indonesio "Bengawan Solo" (que aparece también en In the mood...). Pero, oye, quien te dice el folclore malayo te dice el folclore de Castilla la Vieja. Aquí amigos interpretando esa famosa canción del Maestro Padilla que me dice白蘭花幽香四放 / 真教人神往 / 它好像十八姑娘 情竇初開放 / 美艷吐莽芳 買一枝送給他 / 名貴又大方 情意最深長 / 我不是讚花香 好花不愁沒人賞 / 蘭花香味不尋常 送給愛人最理想 / 送給愛人最理想.




¡Ole!, ¿ole?.. ¡ala! yo vuelvo a estudiar a ver si me convierto en precrursor de lo mío...