Friday, July 24, 2009

Fiesta en la playa, canciones de verano



Unas simpáticas lectoras de esto, que son unas señoras historiadoras del cine de esas que se visten por los pies, celebran todos los años por estas fechas una sofisticada fiesta en la playa a base de mucha bebida y muchos bocadillos de atún con pimiento y huevos duros, amén de otras aceitosas delicatesen. Todos los años, y si las inclemencias del tiempo en forma de olas gigantes o ráfagas de viento lo permiten, se lo pasan pipa, beben y charran sin parar. Yo todos los años me pierdo la fiesta porque me encuentro en algún sitio improbable haciendo algo improbable tanto sea emborrachándome una fiesta de la cerveza en Colorado o mirándole el culo a alguna estatua de Mirón de Eleuteras en el Louvre y, haciendo esas cosas improbables, me acuerdo ellas. Para todas, van dedicadas estás canciones del verano que he encontrado perdiendo el tiempo por el youtube. La primera de ellas es un hit veraniego de Bobby Vee “The Night Has A Thousand Eyes” (La noche tiene miles de ojos) donde se ve una fiesta surf en toda regla comparable a la que se realizará esta noche. Con fogata, bikinis y un ataque sorpresa de algas que colonizan el cerebro de una de las muchachas. Sin embargo, si por algo destaca el video, a parte del aspecto asquerosamente WASP del cantante, es por los bailes de su churri, a base de unos movimientos hipnóticos, espasmódicos, y mecánicos que recuerdan a los de la “falsa María” de Metropolis (el robot para aclararnos), a la que la escritora Pilar Pedraza llamó “la histérica mecánica” o “la libélula mecánica”. Porque, evidentemente, ella con su cardado rubio es una Mantis (P)Religiosa de aúpa. Una de esas que al finalizar el acto se va a merendar a Bobby Dee, y me parece a mí que le sabrá a poco, porque cuando una señorita se pone a airear el potorro (literalmente) sobre una moto es que ha de tener buen apetito.



Pero, ay, el verano no sólo es tiempo de fiestas, bailes locos, y lagartas, también de llevarse sus buenos disgustazos. En el siguiente video, uno de mis favoritos, la que se lleva un soponcio de los buenos, de los de hipar, es Patricia Carli en su famosa canción “Arrete, Arrete” (“Detente, Detente”). Pero la Carli no se lo dice a un bicho, no es “Detente” en plan “Quita bicho”, sino que se lo dice a un muchacho, personificado en este video por Frank Alamo. La canción, en definitiva, es un gran dramón sobre el último encuentro entre dos amantes, un encuentro lleno de reproches en los que ella le echa en cara que ¡¡¡mañana se casa!!!. La historia se va poniendo calentita cuando descubrimos que él ha pegado el braguetazo del año: “Elle a de l'argent /elle est jolie / Elle a toutes les qualités / Mon grand défaut c'est de t'aimer” (Ella es de oro, ella es la gracia, ella tiene todas las cualidades, mi único defecto es que te amo”). O «Mais tu as préféré les grands honneurs / À la place de notre bonheur / Et, et pour garder tes ambitions/ Tu as détruit mes illusions » (Tu prefieres los grandes honores, a nuestra felicidad, Y por conseguir tus ambiciones, Has destruido nuestras ilusiones). En fin, que lo que le dice, y con toda la razón, pasa de lo grave a lo gravísimo, hasta que le espeta en toda la cara “Tu es le maîtrrgggggggge de ton sorrggggggggt” (eres el dueño de tu destino). La canción y la actuación de Patricia Carli es perfecta: con esos violines sostenidos, ese eyeliner que es un horizonte de desesperación, ese echarse las manos al cuello, ese final truculento con ese atávico “NON” mientras que Frank Alamo repta en la oscuridad. Para mí, una obra perfecta del pop elevado a la categoría de aria de ópera.


En fin, todo muy bonito, pero aquello fue una noche toledana: el Alamo se queda con lo que se conoce popularmente con “dolor de huevos” (“pero no me dejes con este dolor de huevos”) y a la Carli no se le va a pasar el disgusto en una semana, que ya se la ve. Mientras tanto la gente celebra fiestas, se enamora, se junta con amigos… echo de menos Valencia.

1 comment:

la historiadora agradecida said...

¡Gracias! Estoy por proponer esta noche en la fiesta un homenaje al estupefaciente video de Bobby Vee para bailar espasmódicamente y escondernos de las miradas indiscretas tras las sombrillas. Y si aparece el monstruo le invitamos a una birra, claro.

Valencia también te echa de menos, amigo. Y esta noche más.

Besos.